Mamá ¿Por qué tengo ombligo?
Ramiro tiene seis años y una mente llena de preguntas para su mamá.
Al despertar, lo primero que hace Ramiro es ir a la cama de sus papás, porque - según él - su cama es "aburrida". En la noche, también está en la cama "grande", hasta cuando llega su papá. Sòlo entonces se va a su cama con desgano, reza sus oraciones y se da vuelta al rincón, para dormirse de inmediato.
Un día de tantos, mientras veía, junto a su mamá, un programa en el que mostraban el nacimiento de un bebé, Ramiro preguntó: "Mamá, ¿por qué tengo ombligo?".
La mamá de Ramiro quedó sorprendida ante esta pregunta, tan natural como insólita. Sólo en la noche - repasando el quehacer del día - , volvió a recordar dicha pregunta, pensando: "¿cómo no fui capaz de contestar algo tan simple como hermoso?.
A los días siguientes, Ramiro con su mamá veían por la tele el nacimiento de un bebé, ésta le señaló a su hijo: "Cuando tú estabas dentro de mi guatita, estábamos unidos por el cordón umbilical. A través de éste, tú te alimentabas y crecías, comías lo que yo comía y fuiste creciendo hasta el día en que naciste. En ese momento, el doctor abrió mi gorda guata y te sacó. Nos unía el cordón y el doctor lo cortó. Tú te quedaste con un pedacito del mismo hasta que se te cayó a los pocos días, quedando con tu ombligo.
Ramiro quedó sorprendido y satisfecho con la respuesta de su mamá, mientras ésta pensaba: "El pedacito de cordón aún lo tengo guardado, como el recuerdo del día más importante.
Ya no estamos unidos por un pedacito de tripa, sino por un pedacito del corazón ... Y esta unión es la más importante de todas".
Luego de este pensamiento, la mamá se fue a acostar a su cama, pues, ya era de noche, encontrando en la misma a Ramiro, quien le extendía sus brazos.