Una nueva vida con cursos de inglés en Madrid

Llevo ya unos meses inmerso en una mala racha terrible: primero, mi hijo se va de casa tras una discusión estúpida; luego, mi mujer me pide el divorcio por motivos que tienen que ver con una relación estrecha con su abogado... demasiado estrecha; y por último, y creo que esta ha sido ya la estocada definitiva, me despiden. Llevaba ya diez años dando clases de inglés en el mismo instituto y estaba convencido de que ya era intocable. Una ilusión absurda, lo sé, pero cuando te acomodas en un sitio y ves que sobrevives a multitud de despidos, siempre crees que no te va a pasar a ti.

Afortunadamente, tampoco es que sea de ese tipo de hombres que se cuelgan de una viga del techo tras una nota de suicidio pésimamente escrita. Es cierto, mi nivel de frecuencia en bares bebiendo copas de whisky escocés ha aumentado considerablemente en los últimos tiempos; pero no me he rendido y, mientras, en las horas muertas también me he puesto a buscar trabajo. Estoy harto de los institutos y de los grupos grandes de gente, de modo que tal vez mi sino sea empezar a ganarme el sueldo con cursos de inglés en Madrid. Barajé muchas posibilidades: irme a otra ciudad, irme al extranjero... pero no me satisfacía mucho la idea de abandonar mi ciudad natal.

Y ha picado una academia; quizá el primer ramalazo de suerte que tengo en bastante, bastante tiempo. Al parecer, necesitan a alguien que se dedique a impartir clases de inglés para empresas, y yo soy el hombre indicado. No tengo nada que perder, pero lo cierto es que creo que me irá bien: ese tipo de cursos de inglés en Madrid son bastante económicos, completos y fructíferos.

Veamos qué tal me va. Quizá bien; y, si me va mal, miren las necrológicas... es broma.